El Códice 60, primer testimonio escrito del euskera

Samuel Vernal

Autor de La Trilogía Insomne: "El Rencor de la Montaña Insomne" (2016), "Soñado por Brujas" (2017) y "La Hermandad de la Diosa" (2019).

29/06/2017

El códice medieval del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla se considera el primer testimonio escrito de frases completas redactadas en euskera, una lengua de origen desconocido.

 

El Códice 60 y, más en concreto, algunas de las glosas que alberga en su interior, son consideradas como el primer testimonio escrito del euskera. Los diferentes elementos narrativos que conforman este manuscrito medieval fueron redactados en el escritorio del monasterio de San Millán de la Cogolla.

El scriptorium era el lugar, normalmente próximo a la biblioteca, aunque también podía ubicarse en las propias celdas de los monjes amanuenses, donde se realizaban las copias de los textos manuscritos de los escribas de los monasterios. En algunos casos, los scriptoria se situaban en una habitación específicamente diseñada y destinada a tal efecto, pero no era lo más frecuente. Bajo las directrices y la supervisión del armarius o director, los monjes escribían en condiciones que hoy calificaríamos como infrahumanas, o al menos, perjudiciales para la salud. Escribir a la luz de las velas dañaba la visión de los religiosos, que padecían de otras muchas dolencias derivadas de su oficio, motivadas sobre todo por la mala postura, el excesivo tiempo dedicado al mismo y la humedad, lo que se traducía en numerosas enfermedades que podían ir desde una lumbalgia hasta neumonía.

El de San Millán de la Cogolla, en La Rioja, fue un scriptorium que se caracterizó por su actividad prolífica, donde destacaron numerosas obras, entre ellas los códices ilustrados donde las miniaturas tienen gran valor artístico. Entre los numerosos manuscritos procedentes de San Millán destaca uno por encima del resto. Se trata del Códice 60, que contienen las famosas glosas emilianenses.

 

  • Las glosas emilianenses, primer testimonio escrito no epigráfico del euskera

Las glosas emilianenses son las famosas anotaciones al margen, algunas también entre líneas, que un monje del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla realizó en el que se conoce como códice Aemilianensis 60 en el siglo XI, con las que se pretendió fundamentalmente aclarar o resolver dificultades de comprensión del sentido del texto escrito en latín. Algunos autores sostienen que no fue un único monje el que las realizó, sino que atendiendo al tipo de letra y otros factores, pudieron ser varios. Lo que sí parece claro es que el autor o autores de este manuscrito eran eruditos en latín y en las materias eclesiásticas, dado que los textos contenidos en el Códice 60 se utilizaban con carácter pedagógico y el latín utilizado para escribirlo, en la mayoría de los casos, era muy elevado.

La importancia de las glosas desde el punto de vista filológico es indiscutible, ya que suponen uno de los testimonios más antiguos de la lengua romance hablada en un área que acabaría convirtiéndose en lo que es hoy La Rioja. Algunos autores defienden que se trata de un incipiente castellano muy primitivo, mientras que otros sostienen que en realidad se trata del dialecto riojano o incluso del navarro aragonés. En cualquier caso, lo que parece claro es que están redactadas en la lengua viva romance que usaba la gente de la zona en aquella época.

Pero hay otro factor que confiere ese carácter relevante para la lingüística. Además de en romance, el Códice 60 alberga dos glosas escritas en un misterioso idioma de origen desconocido, el euskera, una de las lenguas más antiguas, si no la más, de toda Europa y de la que, aún hoy en día, se discute su procedencia y parentesco con otros idiomas. Estas glosas suponen el primer testimonio no epigráfico de la lengua vasca.

«Içioqui dugu», «Guec ajutu eç dugu». Lo que adaptado a la ortografía moderna del euskera sería: «Izioki dugu» y «Guek aiutu ez dugu». Su significado, muy debatido por la doctrina, podría traducirse como «Nos alegramos» y «A nosotros no nos es adecuado», pero no hay consenso al respecto.

El misterio a partir del cual se desarrolla toda la trama de EL RENCOR DE LA MONTAÑA INSOMNE surge de una extraña copia que aparece del códice 60. Esta enigmática copia contiene varias glosas escritas en la lengua vasca y parece albergar un mensaje oculto. Pon a prueba tus dotes investigadoras y descubre el gran secreto que ha permanecido escondido durante siglos. ¿Te atreves a conocer la verdad?

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