Fue construido a finales del siglo XIV, aunque su maravillosa policromía es del siglo XVII y se encuentra en un excelente estado de conservación debido al resguardo que le brinda el porche exterior cerrado.
Las esculturas y figuras que lo componen sobrecogen desde el instante que uno entabla contacto visual con ellas. Dotadas de gran expresividad, da la sensación de que en cualquier momento vayan a empezar a hablar y moverse. Se trata de una serie de escenas del evangelio y otras extraídas de textos apócrifos, donde destaca la figura de María presidiendo todo el conjunto, con un impresionante porte, y sosteniendo en brazos a un niño Jesús de tamaño desproporcionado en comparación con la magnitud del de su madre. También aparecen representados los apóstoles y Don Sancho Abarca, fundador de la villa, y su esposa.
Merece mucho la pena experimentar la visita que organiza la Oficina de Turismo, por el misterio que consigue generar. Esperando en plena oscuridad mientras nos situamos frente al pórtico, de repente las luces van haciendo acto de presencia mientras iluminan diferentes piezas y figuras del conjunto y se nos va ofreciendo una explicación sobre lo que estamos observando. Es una forma original para tratar de descubrir los secretos y detalles de cada una de las figuras, que logra transmitir una sensación de incertidumbre y magia que nos hace percatarnos de que estamos contemplando una maravillosa obra de arte. No es de extrañar la fama del pórtico.
Hay quienes aseguran que la Iglesia perteneció en su día a un antiguo monasterio de la orden del Temple, de ahí la vecina Torre Abacial, donde residiría el abad.
De visita obligada cuando se visita Laguardia, este espectacular pórtico es escenario de EL RENCOR DE LA MONTAÑA INSOMNE, y oculta un misterio que a simple vista podría pasar desapercibido. ¡Visítalo y descúbrelo!
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